El ceviche, esa deliciosa y refrescante preparación que ha conquistado paladares a nivel mundial, tiene una…
Museo Larco: Una mirada hacia el pasado
El Museo Larco cuenta la historia del Perú precolombino, con más de 5,000 años de antigüedad. Son alrededor de 45,000 piezas de distintas culturas y épocas que narran la evolución histórica del país.
Una casona virreinal que data de 1700, que muestra una extensa fachada blanca y grandes puertas de madera al estilo trujillano, alberga y resguarda a una de las colecciones más importantes de objetos del Perú precolombino.
Visitar este lugar permite encontrarse con el pasado, descubrir cómo el ser humano evolucionó y dejó de ser un nómade para pasar a ser un agricultor, y cómo construyó civilizaciones y ciudades reconocidas a nivel mundial.
Situado en el distrito de Pueblo Libre, el Museo Larco abre sus puertas de lunes a domingo de 9:00 a.m. a 10:00 p.m. para que se puedan apreciar más de 45,000 piezas, algunas de ellas con 5,000 años de antigüedad.
Desde sus inicios el Museo Larco se ha caracterizado por ser uno de los pocos que ofrecen acceso público a sus colecciones. Además fue uno de los primeros a nivel mundial en tener galerías visitables y en brindar acceso virtual al 100% de su colección, desde el 2002.
Recientemente el nieto del fundador y actual director del museo, Andrés Álvarez Calderón, ha hecho de conocimiento público que hay diferencias entre las piezas de la muestra de objetos prehispánicos y otras similares de índole privado; estas últimas pertenecieron a un investigador.
Con tantas virtudes y por su valor histórico, el Museo Larco ha sido considerado en el 2017 como uno de los 25 mejores del mundo. Es la primera vez que Perú se encuentra dentro del ranking del portal web TripAdvisor —página que se destaca en la industria del turismo— en la categoría de The Travellers Choice of Museums. Son alrededor de 100,000 personas que visitan el lugar cada año.
Sus inicios
Tras recibir la colección como herencia de su padre, a sus veinticinco años Rafael Larco Hoyle —considerado como precursor de la arqueología nacional, junto a Max Uhle y Julio César Tello—, decidió fundar un museo en la hacienda Chiclín, ubicada al norte del país, un 28 de julio de 1926. En un primer momento se llamó Museo Arqueológico Rafael Larco Herrera, en honor a su padre.
Según cuenta Álvarez Calderón, uno de los recuerdos que tenía su madre —doña Ysabel Larco, hija de Larco Hoyle— es cuando un día estaban viajando con don Rafael por la playa de Puémape y detuvieron la marcha del auto para ver, frente a ellos y enganchado a la rama de un algarrobo, un huaco misterioso, que había buscado por años en todo el valle de Chicama y Santa Catalina. En ese mismo lugar y a fines de los años veinte, Rafael Larco hallaría las primeras tumbas de la cultura que denominaría Cupisnique.
Sin embargo, para los años cincuenta el fundador tuvo que mudarse a Lima por distintos negocios, junto a su familia y su colección. En Pueblo Libre adquirió una casona a la cual luego le dio aires trujillanos.
Para entonces los museos tenían que representar los hallazgos en forma cronológica, y el Museo Larco se adecuó a esa línea.
Desde 1966, tras la muerte de don Rafael, sería su hija Ysabel Larco quien tomaría las riendas del museo y le daría otro sentido.
Ya habían transcurrido cincuenta años y el lugar seguía siendo el mismo. Luego de distintos análisis, en el 2010 se decidió darle una nueva cara al museo.
La mujer del museo
Desde pequeña vio el trabajo de su abuelo y su padre, personas claves para que ella también continuara esa tradición. Ysabel Larco de Álvarez Calderón, fallecida el 23 de diciembre del 2017, fue quien le dio otros matices a la colección del Museo Larco.
Quienes la conocieron la describen como una dama creyente, elegante y liberal. La periodista Mariella Balbi recalca la gentileza y preocupación que tenía ella por los demás y por la cultura peruana.
Al llegar a Lima doña Ysabel continuó con el pensamiento igualitario que vio en la hacienda donde creció: todos tenían acceso a la educación, salud y a un trato equitativo. Además luchó por el voto femenino y decidió entregar su fe al Señor de Los Milagros hasta el último día de su vida.
Ysabel Larco no solo dedicó su trabajo al Museo Larco, sino también al Museo de Arte Precolombino del Cusco, con el cargo de presidenta.
Precursora de historia
La colección de Rafael Larco Hoyle dio un gran paso al transformarse de una recopilación familiar a uno de los museos más importantes de Lima. Esto gracias al arduo trabajo que emprendió doña Ysabel de manera cautelosa, evitando variar la visión de su padre.
Al asumir su cargo como presidenta del Museo Larco inició las remodelaciones para ampliar y mejorar el lugar. Para ello se invirtieron más de dos millones de dólares y se compró la casa contigua.
Todas las transformaciones hechas, los programas educativos promovidos para los estudiantes y las distintas actividades culturales han convertido a este museo en uno de los más reconocidos del país.
Se ha implementado también la traducción de la exposición a siete idiomas distintos —inglés, francés, italiano, portugués, japonés, alemán y español— para el mejor entendimiento de los turistas.
Paso por la historia
El Museo Larco permite reencontrarnos con nuestro pasado. Exposiciones continuas muestran un detallado recorrido por las diversas etapas históricas del Perú precolombino: precerámica, inicial de cerámica, formativa, auge, fusional, imperial y conquista.
Todo empieza en la Sala Introductoria, donde se orienta y brinda toda la información necesaria a los visitantes: historia del museo, de su colección y del fundador.
Se continúa con la Galería de las Culturas —un recorrido de 5,000 años de historia—, donde se aprecian piezas de cerámica que pertenecieron a diversas culturas precolombinas, resaltando la figura de transición del chamán felino, el cual pertenece al movimiento Cupisnique. Al cierre de esta edición, la pieza se encontraba formando parte de la exposición “Golden Kingdoms” realizada en el J. Paul Getty Museum de Los Ángeles, luego pasaría al MET de Nueva York.
Otros de los ambientes para visitar son la Sala Textil, que expone una colección de mantos y túnicas del norte, centro y sur del Perú antiguo; y la sala de la Ceremonia del Sacrificio, donde lo resaltante es el color rojo del ambiente que le da el matiz de sangre.
En la Galería de Joyas se encuentran dos tipos de accesorios: los bañados en oro y los que están hecho de plata. Lo más resaltante es un conjunto completo de cobre, que a primera vista parece oro. Se dice que por este tipo de joyas los españoles asesinaron a los incas, pues consideraban que se trataban de un acto de brujería. Siglos después, se descubrió que solo contaban con un 40% del metal.
Saliendo de esta sala se ingresa al Depósito, donde hay más de 4,000 piezas.
Sala erótica
El actual director del museo dijo que una de las salas más visitadas es también la Galería Erótica. Se encuentra en el primer nivel y es donde se relata la unión íntima que tuvieron los habitantes con la naturaleza, yendo desde lo sexual hasta detalles de cómo una madre trae a su hijo al mundo. Aquí se pueden ver piezas arqueológicas con representaciones explícitas de los órganos genitales femeninos, masculinos y escenas de actos sexuales.
En caso de no poder ir al propio museo, las piezas que se encuentran en la sala y en los otros ambientes se exponen de forma permanente en la página web del lugar (www.museolarco.org).
Este artculo tiene 0 comentarios